En defensa de los recursos naturales, la Personería Distrital de Santiago de Cali realiza seguimiento al estado del arbolado urbano en la ciudad, haciendo imperativo coordinar esfuerzos interinstitucionales del Distrito para mejorar la situación actual de este componente ambiental.

Los resultados del censo arbóreo de 2015 llevado a cabo por el Dagma, la CVC y la Universidad Autónoma de Occidente, dan cuenta de un déficit que se encuentra significativamente por debajo de los estándares internacionales establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con solo 8 habitantes por árbol en lugar de los 3 recomendados.

El informe también muestra que esta situación se ve agravada por las disparidades geográficas y urbanísticas en nuestra ciudad, toda vez que mientras algunas comunas, como la 22, presentan un excedente de árboles por habitante, comunas como la 2, 20 y 18 precisan un déficit considerable debido a la falta de áreas verdes en estos sectores.

El censo también reveló que Cali cuenta con más de 296,000 árboles distribuidos en sus 22 comunas, principalmente árboles seguidos por arbustos y palmas, pertenecientes a 88 familias botánicas, 302 géneros y 474 especies. Sin embargo, aproximadamente el 45% de estos árboles presentan problemas fitosanitarios que comprometen su estabilidad, y la presencia de especies no autóctonas y mal ubicadas agrava el problema, generando daños a la infraestructura urbana y los servicios públicos domiciliarios.

Para el personero Distrital, Gerardo Mendoza Castrillón, la relación entre la escasez de árboles y áreas verdes en la ciudad y el aumento de las islas de calor es evidente, puesto que con solo 2.65 m² de áreas verdes por habitante. El jefe del Ministerio Público en la capital vallecaucana señaló que “Cali está muy por debajo del estándar internacional de 15 m² por habitante, aspecto que agrava la situación”.

Anotó que según el Plan de Silvicultura Urbana de Cali, aprobado en 2019, el 75% del territorio se ve afectado por islas de calor urbano, el 60% de los árboles están en conflicto con el desarrollo urbano, y solo el 2.3% del área total está destinada a zonas públicas.

“Hemos realizado un proceso de intervención en el proceso de implementación de las compensaciones arbóreas definidas en el Estatuto de Silvicultura Urbana – Acuerdo 353 de 2013, ya que en lugar de reducir el déficit de árboles, estas acciones empeoraban la situación al no exigir nuevas siembras como compensación por la tala de árboles autorizada, ello aunado a la preocupante demora en la atención por parte del Grupo de Flora del Dagma, a las solicitudes ciudadanas de intervenciones forestales, lo que genera un aumento de estas sin respuesta oportuna, afectando el derecho de petición y la eficacia del servicio público”, enfatizó.

Redacción: Isabel Osses – Periodista
Lunes, Abril 29 de 2024